Actualizado en
18 julio, 2017
Eliminación de la cicatriz por circuncisión
La cicatriz que deja un circuncisión puede ser una molestia visual, causa de incomodidad durante el coito y algunas veces, sitio de origen de cáncer peneano. La Asociación Médica Americana considera a la circuncisión un procedimiento no terapéutico, y la Academia Americana de Pediatría sostiene que no existe evidencia científica suficiente para recomendar la circuncisión neonatal de rutina. La Sociedad Médica Británica condena esta práctica y opina que ningún niño debería someterse a cirugía genital para remover el prepucio hasta que tenga la edad de consentimiento.
Reconstrucción del prepucio
La reconstrucción quirúrgica del prepucio en los hombres circuncidados se ha convertido en un procedimiento médico aceptado, tanto para quitar la cicatriz de la circuncisión como para incrementar la sensibilidad sexual. En un artículo en el "Journal of Sex Research" (Greer M, Mohl P, Sheley, K, JournSexRes, Vol. 18, No. 4, 324-330, 1982), un equipo de cirujanos realizó exámenes psicológicos extensos en 11 pacientes antes y después de la cirugía y encontró en los resultados que todos opinaron que la cirugía fue "placentera y gratificante". La mayoría reportó una mayor sensibilidad en el glande.
Una pequeña cicatriz alrededor del pene justo debajo de la cabeza es normal después de una circuncisión. Este tipo de cicatriz es resultado del método utilizado para el procedimiento. Algunas veces la cicatriz puede ser más oscura que la piel que la rodea. Una circuncisión mal realizada puede originar una cicatriz grande y deformar el pene. En algunos casos, el coito puede irritar la cicatriz.
Los hombres también han utilizado varias cremas y parches de silicón para disimular sus cicatrices.
Complicaciones de la cicatriz
Una cicatriz de circuncisión puede representar más que un problema estético. Algunas veces, un cáncer de pene puede desarrollarse en la cicatriz o a su alrededor. Dos patólogos que estudiaron las complicaciones de la circuncisión reportaron que el análisis del tejido cicatricial reveló "neuromas traumáticos" (o de amputación), un tumor o crecimiento en los extremos de fibras nerviosas amputadas que pueden causar dolor, además de una "colección bulbosa de neuritas de tamaño variable" (terminales nerviosas). Debido a que cada vez se tiene más evidencia de que la circuncisión no sólo reduce la sensación sexual, pero también puede causar daño sexual y emocional de por vida, la Asociación Médica Británica determinó en el 2006 que "este procedimiento quirúrgico (circuncisión) conlleva riesgos médicos y psicológicos".
Entre estos riesgos se incluyen: fascitis necrotizante ("bacteria come carne"), celulitis, fimosis (estrechamiento del orificio del prepucio), fístulas urinarias (comunicaciones anormales del tracto urinario) e impotencia.
Algunos han argumentado que la circuncisión predispone al cerebro del niño neonato a la violencia y tiene un efecto negativo entre el vínculo materno y la confianza. El "British Journal of Urology" (Cold CJ, Taylor JR, The prepuce [El prepucio], Vol. 83, Suppl.1:34-44, January 1999) recomienda que la circuncisión se evite y que la "extirpación de la anatomía genital normal en los niños debe ser diferida hasta que el individuo pueda tomar una decisión informada".
Retos para la Circuncisión
En el mismo artículo, Cold y Taylor retan la creencia médica prevalente en Estados Unidos de que la circuncisión ayuda a evitar la diseminación de enfermedades como el SIDA al evitar que los microorganismos se acumulen en un pliegue de piel. Refiriéndose a esta creencia como "errónea", los autores destacan que "la campaña agresiva de circuncisión en Estados Unidos no ha evitado las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH". Por lo tanto, la acumulación de flora en el prepucio "debería considerarse como células inmunes normales de la mucosa, en lugar de una entidad patológica que requiere de excisión".
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