Actualizado en
27 junio, 2018
Cómo medir la presión arterial sin equipamiento
En un adulto joven y sano, el valor promedio de la presión arterial es por lo general 120/80 milímetros de mercurio (mmHg).
Pero, ¿qué significan estos números? El primer número representa la presión sistólica o cantidad de presión generada mientras el corazón bombea sangre y luego se contrae para que la sangre salga del corazón.
En términos sencillos, la presión sistólica mide la presión creada por las contracciones del corazón.
Por su parte, el segundo valor mide la presión diastólica, que es la presión existente en las arterias del corazón mientras este descansa.
Expresado en términos sencillos, las lecturas de la presión diastólica miden la presión del corazón cuando está en reposo.
Estas dos cifras se combinan para proporcionales a los médicos una lectura precisa de la función del músculo cardíaco.
Si los números son demasiado elevados, este es el primer indicio de una posible condición llamada presión alta o hipertensión.
Aunque es imposible medir adecuadamente la presión sanguínea sin algún tipo de equipamiento, puedes hacer una buena estimación de la presión sistólica.
Para medir la presión diastólica, sin embargo, debes usar un tensiómetro y un estetoscopio. Ninguna medición requiere el uso de equipos de alta tecnología ni un diploma de médico.
A través de este artículo, aprenderás cómo medir la tensión arterial con poco o ningún equipamiento.
Pasos a seguir para medir tensión arterial sin equipos
Desliza los dos primeros dedos de una mano sobre la muñeca de la mano opuesta. Con la palma hacia arriba, el pulso radial se halla debajo del pulgar y levemente por encima de la muñeca. Encuentra este sitio con tus dedos.
Mueve tus dedos delicadamente hasta que sientas el pulso; podrás hacerlo en la mayoría de las personas. Aquí es cuando la medición de la presión arterial sin equipamiento entra en juego.
El solo hecho de que puedas sentir el pulso radial indica que la presión está por encima de los 80 mm de Hg. Cuánto más prominente es el pulso, más alta es la tensión.
Si el pulso es débil, significa que está más cerca del valor mínimo mencionado.
Utiliza un tensiómetro si necesitas una lectura de presión sistólica más exacta o si debes conocer la presión diastólica. Coloca el manguito del tensiómetro alrededor de la arteria braquial, esta corre a lo largo de la parte interna del brazo, se hace más notable a un lado del codo.
Coloca un estetoscopio sobre la arteria braquial y luego insufla el tensiómetro hasta que dejes de sentir el pulso.
Luego, lentamente, deja que el aire salga a razón de 2 milímetros de mercurio por segundo. Presta atención al número del medidor en el cual comienzas a sentir nuevamente el pulso. Este es el valor sistólico.
Deja que el aire siga saliendo lentamente hasta que no sientas ningún pulso desde la arteria braquial.
Este punto marca la presión diastólica. En los niños simplemente sonará apagado.
¿En que otros puntos puedo sentir el pulso de una persona?
En el cuerpo humano hay 7 puntos donde puedes sentir el pulso. Aunque los más conocidos y usados con la muñeca o el cuello, también puede sentirse o medirse en cualquier parte donde una arteria pase cerca de la superficie de la piel.
Usa dos dedos para aplicar una ligera presión en el sitio y deberías ser capaz de sentir el pulso. Cuando encuentres tu pulso, cuenta el número de latidos durante un minuto, o cuenta durante 30 segundos y multiplica por dos.
Puntos a tomar en cuenta
El promedio de los jóvenes y adultos sanos tienen una tensión arterial de 120/80. Las mujeres embarazadas, sin embargo, tienden a tener una presión más alta.
Por su parte, los adolescentes a menudo pueden presentar valores más bajos, como por ejemplo 110/70 milímetros de mercurio (mmHg).
No dejes de leer: ¿Cuál es el pulso normal en los mayores?
Los adolescentes de entre 13 y 15 años suelen experimentar fluctuaciones en las lecturas de la presión arterial.
Esto es perfectamente normal ya que ellos con frecuencia se someten al estrés, así como a cambios físicos en su cuerpo por las hormonas que se disparan durante la adolescencia.
Sin embargo, no se puede descuidar el peligro latente de la hipertensión en jóvenes de esta edad, pues hay millones de casos debidos a dietas repletas de azúcares, sodio, carbohidratos y grasas.
Esto, unido a la falta de ejercicio físico conlleva a numerosos casos de obesidad, condición que también genera nuevos problemas físicos y sicológicos que deben ser atendidos sin falta.
ADVERTENCIA: Este artículo no debe considerarse como un equivalente de una consulta médica profesional. Consulte a su médico de confianza ante cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con su salud.