Actualizado en
22 mayo, 2018
La menopausia y el dolor en los pezones
Cuando una mujer llega a la perimenopausia o entra ya en la menopausia, puede comenzar a sufrir inflamación y dolor en los pezones y los pechos, tan intensos que prácticamente no puede soportar recostarse sobre su estómago.
Esto es causado por cambios hormonales que alteran toda la forma en que su cuerpo venía funcionando desde la pubertad y la adultez joven.
Sin embargo, el dolor en los pezones y la inflamación en esta zona del cuerpo no es algo exclusivo de la menopausia.
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Cuando el problema se limita solo al dolor en los pezones, puede indicar una infección por hongos o bacterias, o incluso, por una obstrucción de las glándulas sebáceas de la areola o una limitación en el flujo del cebo producida por estas.
Estas secreciones normalmente mantienen los pezones flexibles.
¿Por qué se producen estos problemas en los pezones?
La principales razón para que los pezones y los senos se inflamen es la acción del estrógeno, hormona producida por los ovarios que alcanza su nivel máximo en la sangre antes de la ovulación y de la hormona progesterona.
El estrógeno puede causar que el tejido de la mama aumente, lo que provoca dolor.
Por su parte, la hormona progesterona causa retención de agua, lo que también puede hacer que tus pechos y pezones estén adoloridos.
Cuando el agua se almacena en el tejido de la mama, la mama se extiende.
Síntomas característicos
Los síntomas en los pezones de una mujer afectada por estos desarreglos hormonales de la menopausia incluyen sensibilidad, agrietamiento de la superficie del pezón, enrojecimiento y descarga de fluido a través del pezón.
Esto puede ser el resultado de las hormonas en el flujo o puede indicar una condición más grave, como quistes o el inicio de un cáncer de mama.
Las mujeres siempre deben ser conscientes de sus pechos, cómo se sienten, qué aspecto tienen y si hay cambios evidentes, ya que el cáncer de mama es muy frecuente.
Si tu sensibilidad en los pezones es excesiva, debes discutir esta situación con un médico.
Si se presenta una secreción del pezón de color claro, pegajoso, por el contrario, de color oscuro y con sangre, o se produce a pesar de que el pezón no se ha exprimido, esto puede indicar la presencia de cáncer de mama.
Si tus pezones empiezan a dibujarse hacia adentro o hacia una dirección nueva o se invierten, estos también pueden ser signos de cáncer de mama.
¿Qué buscar ante esta situación?
Si has notado descamación o enrojecimiento en tu pezón, o cualquiera de esas condiciones en la piel de la mama, esto no es una buena señal.
Si descubres un nudo o bulto en cualquier parte del seno o la axila, ve a un médico inmediatamente.
Si el bulto o cualquier engrosamiento de la mama o el pezón no se resuelve después de un período menstrual, que las que están en la perimenopausia aún mantienen, esto debe abordarse también.
Condiciones como la aparición de abundantes arrugas o hendiduras en los senos o de hoyuelos en alguna zona de estos, son indicadores de cáncer de mama.
Síndrome climatérico
Otra condición que puede provocar un dolor en los pezones y los pechos es el denominado síndrome climatérico, que suele ir acompañado por dolores de cabeza, cambios en la menstruación irregular, estado de ánimo, bochornos, aumento de peso, hinchazón y el insomnio.
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El síndrome climatérico es el resultado de cambios hormonales y los ovarios que ya no están funcionando de manera regular.
Sin embargo, si tienes preocupaciones acerca de tus pezones y tus pechos, no dudes en hacer una cita con tu médico.
ADVERTENCIA: Este artículo no debe considerarse como un equivalente de una consulta médica profesional. Consulte a su médico de confianza ante cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con su salud.