Morderse las mejillas puede causar sangrado e inflamación, lo que hace más fácil que se vuelva a morderlas, empeorando el problema. Esto también puede causar úlceras y daño permanente en las células de la mejilla y la lengua. Las heridas abiertas dentro de la boca también pueden provocar ardor al comer ciertos alimentos. En muchas ocasiones, la mordedura constante de mejillas puede ser un trastorno nervioso o un problema de tus dientes y mandíbula.

1. Limpia las heridas que ya tengas abiertas. Es necesario limpiar completamente las heridas en tu boca antes de comenzar el proceso de detener este problema. Si actualmente tienes sangrado en la boca por morderte, chupa un cubo de hielo para detener o aminorar el sangrado. Enjuaga completamente tu boca con un enjuague bucal antiséptico. Realiza esto al menos una o dos veces al día.

2. Visita un dentista u odontólogo para revisar la alineación de tu mandíbula y dientes. Es posible que tu mandíbula esté mal alineada, provocando que tus dientes afecten tus mejillas. Una vez que las mejillas se ven afectadas ligeramente, se inflaman, causando que sea más fácil morderlas, lo que en ocasiones hace que se vuelva un hábito.

3. Usa goma de mascar continuamente para entretener tu boca sin causar daño a tus mejillas. Tal vez te convenga elegir una goma de mascar sin azúcar si la vas a estar mascando gran parte del día.

4. Prueba algún método de terapia o hipnosis para detener la mordedura de mejillas. Puedes tener este problema porque tu cerebro te dice que te muerdas. Si logras decirte mentalmente a ti mismo que no lo hagas, no lo harás. Puedes requerir ayuda para entrenar a tu cerebro para que sepa que no está bien morderse las mejillas.